jueves, 7 de abril de 2022

Conveniente amnesia

Abre la puerta porque mi memoria quiere salir, déjala, ya no me importa que se quede. La he venerado por décadas, la he cuidado con amor, le he cortado las hojas secas en cada invierno, pero ella quiere irse. Antes sólo manifestaba cierto desdén hacia mí, pero ahora finge que olvida de pronto mi existencia, me ignora durante días mientras yo trato inútilmente de mirarla a los ojos. Mi memoria me tiene envidia, a esa conclusión he llegado, ella quiso ser yo y nunca pudo. Mejor que se vaya.


miércoles, 4 de agosto de 2021

Con mi tambor extraterrestre te traeré (canción)

Te voy a traer, 

y la señal serán los ojos 

que hablan con sonidos de otro mundo. 

Te voy a traer con los engaños 

que usan los entes intergalácticos 

cuando se deslumbran con tu alma más que única

y se la llevan como objeto de científicos. 

Te traeré transportado en mi nave espacial, 

yo misma conduciré y te abriré la puerta 

con mi voz extraterrestre. 

En este otro planeta te he amado bien, 

por eso con mi tambor extraño te traeré.

Te voy a traer con los engaños que usan las mujeres

cuando desean tu piel resplandeciente

y tu vientre;

con mi tambor extraterrestre te traeré para siempre.

miércoles, 23 de junio de 2021

CDMX Future

Es como si volviéramos a una capa futura del pasado, como si ahora mismo nos ubicáramos en la curva de retroceso de la espiral y el impulso nos llevara muy adelante, otra vez. Corren ríos, las reservas naturales se extendieron, los lagos y canales renacieron y por ellos apaciblemente navegan embarcaciones de distintos tamaños, a sus alrededores hay fértiles jardines y conjuntos de árboles frondosos, también bellos edificios cilíndricos por donde las bicicletas y todes les vecines por igual pueden subir y bajar cómodamente, ejercitándose como es debido todos los días para acudir al trabajo, que se encuentra a una placentera distancia. Los edificios también poseen elevadores, que son utilizados por les persones que los requieren prioritariamente y son de gran capacidad, cada edificio cuenta con un elevador de carga y conductos para desechos orgánicos e inorgánicos en cada departamento, estos desechos son procesados y re aprovechados. Les vecines de los edificios cilíndricos cuidan sus propios jardines, los respetan con veneración porque sus ojos están siempre ávidos de su belleza. Cada edificio tiene un jardín interior de amplias dimensiones y otro inmensamente mayor, que se extiende al conjunto total de la ciudad, en la exterior. Los departamentos de todes les vecines por igual tienen ventanales con vistas a los jardines, pero los cristales no permiten que los interiores de sus hogares puedan ser vistos desde afuera. Les persones que no viven en los edificios cilíndricos también poseen hermosas viviendas, con bellas vistas.

          Les aves regresaron; de vuelos, cantos, colores, formas y tamaños sorprendentes, son visitantes habituales de los jardines y nunca pasa por la cabeza de les ciudadanes atraparles o lastimarles en modo alguno. Les pequeñes animales urbanos encontraron un equilibrio y viven en armonía con les ciudadanes. Antes estaban ocultes en los sitios que los humanos desdeñaban, o no habían conocido, pero a les ciudadanes de aquí y ahora ya se les curó el desdén por sí mismos y los otros, han vuelto a entender lo que habían olvidado hace siglos, ahora, además, saben muchas otras cosas. 

Los edificios y el trazo emblemático de la ciudad siguen en pie, sus antiguas y nuevas colonias no se han ido, pero algo distinto y abundante las rodea: ya no es el ronroneo de los autos y las máquinas, tampoco el de los aviones, ahora es el correr suave de los ríos, el canto de les pájares, el viento sobre los árboles, las voces de otres persones, sus pasos amigables, el ciclo de sus pedales. Ya no hay un sólo rincón en esta ciudad que parezca inseguro, oscuro, pobre o caótico.


Por las calzadas y los caminos circulan transeúntes y bicicletas. Los vehículos de cuatro ruedas con motor son ahora reliquias del viejo orden, han sido substituidos por drones de pasajeres y carga, de diversos tamaños y capacidades. El transporte público es eficiente e inocuo para el medio ambiente, sus vías de tren y metro se elevan en el aire o se vuelven subterráneas, a veces corren al ras de la tierra, pero en todos sus planos lo hacen velozmente y son capaces de llevarnos de ida y vuelta, cómodamente, en minutos, a cualquier sitio de la república. 


Todes les ciudadanes poseen el mismo acceso a la educación y a la salud, todes  poseen un trabajo o una ocupación satisfactoria y productiva, todes pueden decir “me va bien”, saludarse sin envidias ni desprecios, sin sentimiento alguno de rencor hacia el otre.


En los centros comerciales no se vende un sólo artículo desechable o de mala calidad,  tampoco se venden alimentos chatarra, todos se han producido en forma orgánica. Sólo se comercializa y consume carne y piel de animales que hayan tenido vidas felices y hayan muerto por muerte natural o por accidente. Los contenedores, envases y bolsas de plástico se extinguieron, muchas industrias quebraron o se reconvirtieron para no generar desechos de ningún tipo, para transformar su producción hacia el nuevo orden, que sólo comercializa productos durables y de intachable factura, en cantidades limitadas a satisfacer las necesidades de una población que ya no está enferma de consumismo. Se ha legalizado la producción de miles de artículos derivados del cannabis y no se tala un sólo árbol sin antes haber sembrado otros diez.


Las bellas artes se cultivan siempre y cada oficio se lleva a cabo como si fuera una de ellas. 

martes, 15 de junio de 2021

Masculinidad tóxica

Este pueblo era el paraíso, ahora las casas nacen y mis ojos no son veloces para notarlo. El sol sigue llegando hasta aquí como siempre y los pájaros se comunican con sus lenguas, que varían entre especies, además cantan con una lengua franca, mientras que la lengua de esos hombres -expansiva igual que las casas, que el ronroneo de sus camiones, el traqueteo de sus máquinas y el mal olor de sus fábricas- a todos los vivos quiere hacer callar. Muchas mujeres de mi pueblo perdieron sus ríos, sus voces, su pasado, todo lo pusieron esos hombres a jugar en el mercado. Se perdieron a sí mismos, desoyeron la lengua franca de los pájaros.

martes, 8 de junio de 2021

La tercera esperanza

 En este sitio hay cosas que se van y otras que se quedan. Quedan preguntas, sobre todo. Llevar tantas a cuestas resulta insano cuando se perdió la esperanza en el interlocutor. Por eso es bueno escribir soliloquios. Esto no es culpa nuestra ni de la parte nuestra que escribe. Es la pena que se desborda desde nuestro cuerpo hasta el papel. Quedan dos esperanzas: la pena crecerá; también estaremos alegres de vez en cuando y en ambos casos escribiremos. En todo este tiempo no hemos dejado de amar, esa es quizá otra esperanza. Una tarde nos perdimos entre un paquete que debíamos llevar al servicio de mensajería, una lluvia torrencial, el banco, la computadora, los pleitos de las familias y un golpe duro de palabras que nunca entendimos; algunas de ellas todavía retumban en nuestros oídos, que quedaron atravesados por pica hielos, cruelmente adoloridos, esperando una respuesta conciliadora que pudiera sanarlos. Pero no hubo tal, pasaron los años y la sordera nunca se fue, es una de esas cosas que se quedaron en este sitio. Y las palabras tan deseadas no llegaron a pronunciarse; no acudió un tornasolado colibrí a libar en nuestras orejas. Pero la pena, esa sí, se nos metió y se fue a dormir la siesta entre las sábanas de nuestro interior, a veces se despierta sudorosa y asustada porque no puede expulsar las preguntas que quedaron sin responder a causa de las palabras ausentes. Por eso escribimos, para hacer volver a las palabras que hablan sobre lo que no hemos dejado de amar.

 

lunes, 7 de junio de 2021

El elegido

 Al principio éramos oleadas de calor en un valle que en realidad es el cráter de un volcán. Después fuimos voladores, lo digo sin intentar lugares comunes ni usadas metáforas, simplemente estuvimos juntos en el viento y la termal.

    Más tarde fuimos un vaticinio; una mañana alguien soñó que nos tocábamos la espalda mientras el sol entraba por la ventana y un pájaro cantaba una canción de cascada en el jardín. 

    Luego fuimos una mentira que sólo aspiró a usada metáfora. 

    Llegó entonces un invierno tan frío que ni los dos veranos siguientes lo consiguieron entibiar. 

    Hoy somos otra vez un vaticinio; te soñé vestido con una playera azul cielo con el número uno impreso en negro, en el sueño ascendías a pie por una escalera muy ancha hacia la base de una nube; una escalera de la cual apenas alcanzaban a distinguirse unos pocos y anchísimos escalones, el resto quedaba oculto en la espesa neblina. Escuchabas que alguien te llamaba a gritos por un nombre distinto al tuyo, pero sabías que te estaba llamando a ti, entonces te dabas vuelta, ¡David!, gritaba yo y tú descendías la escalera para venir hacia mí, como si aquel nombre fuera tuyo. 

miércoles, 2 de junio de 2021

Banales iluminados

  

Por donde quiera me encuentro con maestros que quieren enseñarme a “soltar”, me invitan con entusiasmo a “reinventarme”. Cuando precisamente y gracias a que he sido, soy. Llevo mi pasado puesto como una coraza y no me lo voy a quitar, se engrosa todos los días desde hace todos los años que puedo contar; es una obra de largo aliento que me ha costado todo mi talento. El que cree que desprenderse es algo muy sano y santo se equivoca. Recibiré la vida que me toca y nunca soltaré mi propia mano. 


Por donde quiera me encuentro seres de luz; parece un alocado y frusle antro mi vida; estoy bajo una lluvia de meteoritos que desde el cielo arrojan con fría banalidad los iluminados. 

viernes, 28 de mayo de 2021

Cancerberos con alas

Vienes a verme, atraviesas la carne, la ropa, la sábana, la cobija, la recámara, la puerta, el pasillo, la escalera, la otra puerta, la cochera; despegas sobre la calle, cruzas la barda elevándote y sigues alto, alto, vas a necesitar altura, son muchos kilómetros hasta mi casa. Vienes a verme, aterrizas sin miedo, mis cancerberos te guían y te reciben con honores; tienen alas de murciélago y pueden olerte a un kilómetro de distancia. Mi alma te recibe con el cuerpo abierto, muy segura porque a ella no puedes mentirle. Mis cancerberos también pueden leerte. Vienes a verme, tomas el camino que quieres y la forma que deseas.

viernes, 21 de mayo de 2021

Futuro imaginario

Veo tus labios en una sonrisa de dientes aún blancos, tus patas de gallo y veo tu cuello lleno de muy juntas líneas paralelas, acostado junto al mío y te veo trabajando arduamente en el campo, con sombrero de paja, las uñas sucias. Y me veo mirándote desde el extremo del jardín, en tanto pienso que soy tuya. 

Incluso en el futuro aquel me sigo preguntando cuál será el nombre del misterio y estoy ahí parada, como si no pasara nada, te sigo mirando desde el extremo de otro tiempo, con la absoluta discreción que sólo sé romper con la escritura.

sábado, 24 de abril de 2021

Razón carcelaria

La razón, esa carcelera, se niega a abrir la puerta de salida y sostiene en vilo la existencia desde hace largas vidas. El alma es una entidad autónoma, decide por sí misma a quién se va a entregar y al avanzar hacia el objeto deseado va ciega imaginándolo. En la puerta se escucha el golpeteo constante del corazón que quiere salir siempre. El cuerpo aparenta, en tanto, estar muy vivo, muy contento, pero es tonto y envejece sin que nadie lo bese realmente. 

 

domingo, 4 de abril de 2021

El culpable

En cuanto terminé de contarle que Javiera, borrachísima, me había encerrado en el baño de su recámara a punta de pistola, para ahí golpearme con la cacha hasta cansarse, a mi madre el asunto dejó de importarle un bledo. 

La madre de Javiera -buena mujer- abrió la puerta del baño a patadas y evitó que su hija embrutecida siguiera lastimándome. Cuando hube justificado todos los motivos de mis moretones, mi madre ya había perdido todo gesto de alarma, ahora en su rostro brillaba el desprecio que me había acompañado desde que ella estaba encargada de alimentarme, un desprecio que se hacía acompañar a su vez de una sonrisa torcida y maliciosa, entonces respondió: algo le habrás hecho a Javiera para que te golpeara la cara con la cacha de la pistola, y se dio la vuelta para no volver a tocar el tema. Al final de estas acciones yo terminé siendo el culpable, el mequetrefe que por puto provocó el enojo de la hembra. 

Supe que no contaba con mamá desde muy temprano, y cuando la hermosa Javiera me lastimó con sus uñas y dientes, largos y duros, haciéndome perforaciones múltiples, no hice nada por contárselo. Esta vez llegué a casa con mis pantalones blancos salpicados con la sangre que salía de las mordidas y los profundos rasguños y ni así mi madre intentó preguntar sobre lo ocurrido. Aquella tarde me regañó amargamente por haber manchado esa prenda tan bonita, pero nunca recriminó a Javiera por morderme y rasguñarme. 

A mí la vieja me aconsejaba: quédate con esa muchacha, cásate con ella para que no te quedes solo, un mequetrefe solitario no vale nada. Mamá no entendía. La realidad es que Javiera era una tipa guapa, y yo, con tal de seguírmela cogiendo, le perdonaba todas las crueldades a las que mi madre parecía indiferente. Alguna vez la escuché aconsejarle que me obligara a casarme con ella a punta de pistola, pero, como ya he dicho, yo a Javiera sólo me la quería coger. Mi madre estaba ansiosa porque yo me casara y me fuera de la casa, quizá para tener otro novio, al que muy probablemente maltrataría como a mí, humillándolo de vez en vez con esa misma sonrisa frívola con que me humillaba a mí. 

Ondina terrorista

En la hondonada de tu pecho yace una mujer animal que no respira y está viva, 

vivísima bajo su sombra cautiva. Bajo tu piel incendiaria hay una lujuria terrorista, viva                   como las moscas que se agolpan en las comisuras del niño muerto. 

Sobre la onda de tu pelo en pecho duerme su pesadilla una ondina que se hunde, se ahoga y no muere; que nada despavorida en secreciones fantasmas.

Tú tienes una bomba escondida en el pecho.


 

jueves, 25 de febrero de 2021

Muerte fosforescente

Llegan las diez y es temprano para ir al mundo de los sueños, donde quizá me encuentre con serpientes negras, centelleantes; puede asomar una mano nívea por mi ventana, que da a un jardín donde hay un pirú gigantesco, que produce racimos de pequeñas uvas rosadas, de papel brillante y quebradizo, que contienen semillas de pimienta dulce; una ventisca aparece en mi sueño y tras ella el rostro de una dama de alabastro y ojos verdes, dientes de esmeralda y pelo cano, una mujer que eres tú en tu versión de muerte vibrante, de muerte viva, muerte fosforescente, encendida.

miércoles, 3 de febrero de 2021

El origen de la envidia

Su capacidad creativa era más grande de lo que se imaginaba, él creía, simplemente, que hacer ríos, lagos, montañas, valles y todo lo que conformaba la vida terrestre antes de la llegada de los humanos, era algo normal. Nació para crear cosas, los otros no, así de simple. Lo demás había nacido para ser creado; también para irse de la superficie terrestre cuando su creador lo decidiera; para temerle, para sentir el revoloteo de las alas de sus emisarios negros o blancos en la espalda, para pecar de soberbia, para emular su talento creativo. Entonces nuestro amigo inventó también a algunos humanos a los que inculcó el deseo de crear, para crear cosas más grandes de las que podían imaginar, y así, conforme los humanos creados por él se reprodujeron, fueron heredando a sus hijos esa necesidad de hacer cosas que tenía su padre original, al que todos recordaban con orgullo, al que buscaban emular. Pero en el fondo aquellos niños no sabían nada sobre cómo a su abuelo se le ocurrió aquello, nunca pudieron comprender el origen que impulsó toda esa maravilla, ni siquiera comprendían bien al abuelo, ni sabían donde estaba. Entonces se sintieron envidiosos al verse imposibilitados para hacer cosas tan grandes; sus artes, aunque sorprendentes y llenas de nobleza, no alcanzaban tal magnificencia. Por otro lado, el viejo no estaba presente para mostrarles cómo hacer cosas similares. Sabían que en algún lado se encontraba, y que él era diferente de ellos en que era inmortal. Pero no lo conocían muy bien. 

    Un día, a través de un libro, se enteraron de que su abuelo había muerto y escribieron bellas elegías, en las cuales exaltaban sus grandes obras, derramaron lágrimas, pero nadie supo dónde se encontraba el cadáver del abuelo, ni experimentaron deseo alguno por averiguarlo. No entendían, pues, con mucha claridad, el concepto de eternidad, y por ello se les olvidó que su abuelo no podía morir, que estaba justo ahí, en su tarea incansable de crear cosas. Había sido un filósofo muy afamado aquel que había inventado su muerte, y los nietos simplemente se lo creyeron. 

    Una vez muerto el abuelo los nietos empezaron a crear más ciudades con grandes puentes que unían pequeños universos, crearon redes de comunicación y superaron todas las capacidades originales por mucho; sus oídos y ojos se expandieron kilómetros infinitos y al fin se olvidaron por completo de que algún día existió un origen. Quisieron desparecer las maravillas logradas por el abuelo, pero lo único que hicieron fue apartarse de ellas. En un lugar lejano de las ciudades construidas por sus nietos, el abuelo seguía haciendo sus cosas. Entre ellas trabajaba arduamente en dejarle claro a esos niños que tarde o temprano tendrían que irse de la superficie terrestre.

sábado, 30 de enero de 2021

El nudo ciego

Lo creí al fin gracias a un extraño amigo. Es muy listo, con sus propios medios publicó desde entonces un curioso pasquín de nombre Gallardos que luego de muchos años se transformó en una colección nutrida de pequeñas ediciones de literatura fantástica, que, en el breve gremio de entusiastas adeptos de nuestro país, conformó una publicación de culto, que todos los buenos y extraños amigos escritores de este género seguían al pie de la letra y analizaban apasionadamente durante largas veladas en las que también jugaban rol.

    Me dijo un día, mira tus manos. Las mueves de una forma extraña, como si estuvieras desatando un nudo, un nudo que fueran tus manos mismas. ¿Te das cuenta? Pero cada vez que yo volteaba a ver mis manos éstas se veían quietas. Yo, simplemente no me daba cuenta. Por esa peculiaridad en mi ser siempre fui un imán para los extraños amigos, así, pues, llegué a la literatura fantástica. Aunque mi rumbo trajo como destino un mesto inclasificable.

    Yo conozco el origen de ese nudo. 

 

    Cuando estuve mayorcito me mandaron a estudiar con una profesora rubia, a quien yo veía como una elfa, de proporciones enormes y ojos claros, cabello lacio y largo, siempre natural y etérea. Esa era apenas su apariencia, poco tiempo después me di cuenta de que en su interior habitaba una cabra del demonio. Me gritaba todo el tiempo que mis manos se movían, sin que yo pudiera creerle. Es posible que en aquel momento yo sólo estuviera dibujando escenas de amor platónico en el aire, y no este nudo eterno que ahora domina mi vida. 

 

      En mis manos hay un nudo ciego. 

 

    Cuando pienso en mi profesora elfa-cabra, sus largos cabellos rubios, casi blancos, se enredan en mis manos como serpientes infernales y no puedo desatarlas. 

    

    Luego crecí y aquella melena rubia creció en mis manos, junto conmigo. El nudo es mío, conforma mis puños. Así, cada vez que una hermosa chica rubia se cruza frente a mí yo sin poder evitarlo trazo escenas de amor en el aire. Ellas siempre me rechazan, es raro que alguna me acepte. Estoy acostumbrado a sus gestos burlones cuando piensan o comentan con sus amigas, ¿por qué mueve así las manos?. A veces, si la mujer elfa llega a entablar milagrosamente una conversación conmigo me hace preguntas parecidas. Cuando yo miro mis manos ellas están quietas. Pero, una vez que estoy lo suficientemente avergonzado por las palabras de la elfa-cabra, mi mente se bloquea, dejo de pensar y entonces el nudo hace acto de presencia y aleja de inmediato a las elfas de largos cabellos dorados, me domina, pero siempre permanece invisible ante mis ojos, y si el médico mismo me dice que mis manos se mueven, retorciéndose extrañamente, yo siempre las veo quietas. Lo bueno es que eso sólo me ocurre cuando evoco el recuerdo de mi profesora o cuando veo a una bella y silfidea mujer rubia por la cual me sienta atraído incontrolablemente, si llego a conversar con ella, y más, si ella llega a encontrarme agradable, o peor aún, si ella llega a aceptarme o, en un caso extremo llega a amarme, todo se complica, se vuelve triste y violento. Porque entonces el nudo se apodera de mí por completo y me hace odiar a la elfa que me ama; no sé, no puedo recordar qué ocurre exactamente, porque mi mente se confunde, el nudo no se deja ver por ninguna parte, y cuando intento ver sus efectos sobre las alargadas elfas no puedo, estoy ciego. Cuando cansado de mi odio voy a la cama sigo viendo elfas, me las imagino muertas de maneras violentas, y así, mi ciega imaginación logra dibujar lo que quisiera hacer, pero no puedo, porque soy una buena persona, porque soy noble, y, aunque no pueda deshacerme del nudo, lo que él hace no es mi culpa, por que aunque el nudo es mío, yo no lo controlo, ni siquiera puedo verlo.

 

    Mi buen amigo me ayuda en estos casos, nunca me abandonó su amistad en muchos años, es mi incondicional, tan fiel como mis puños. Saca fotografías y videos de las apariciones del nudo. La primera vez me invitó a su casa a jugar rol e invitó también a una prostituta alta, rubia y hermosa que intentó seducirme con éxito, durante el juego pasaron muchas cosas que yo puedo recordar a la perfección, salvo mis manos tratando de trazar un sueño frente a la elfa-cabra-prostituta, al final mis manos tratando de desatar el nudo, mis manos enredándose en los largos cabellos de la elfa-cabra-prostituta a quien sin saberlo arrastro por toda la habitación, causándole mucho daño, la cabra grita, con la cara totalmente descompuesta intenta incorporarse mientras yo intento liberarme de una vez por todas de su cabellera serpentina. Cuando el nudo al fin desaparece no queda un solo rastro de la melena rubia, que ahora es mayormente roja, ha desparecido totalmente la belleza etérea y yo estoy en paz, el nudo se ha ido, aunque volverá.

 

    Por mi imaginación que se desborda he logrado convertirme en un ser de culto, se dicen muchas cosas sobre mí, me han inventado varios nombres y en la colección Gallardos se dedicaron varios tomos a mi leyenda. 

martes, 26 de enero de 2021

Esfumarse

Las personas desparecen, amigo.

Hay un olor a crematorio en estas calles.

Antes de que te convirtieras en cenizas viniste a verme, 

revoloteaste un rato cerca, 

recordándome mi promesa de llevarte conmigo, 

en mi vida incierta, 

que es tuya. 

 

domingo, 17 de enero de 2021

Multiplicidades

La vida está llena de oportunidades: por ejemplo, para destruirla o para rescatarla. El silencio o la palabra marcan la diferencia entre lograr o no. Este quizá sea nuestro destino: ir regando frustración, guardar nuestra satisfacción para que, después de nuestra muerte, alguien la herede. Pero hay una oportunidad distinta, raramente tomada. La palabra es el dado mágico para llegar a ella sin una sola mirada, un solo guiño, pero sí muchos roces de dedos, gentiles, reservados. 

    Ustedes no son personas frustradas ni frustrantes, con ustedes esto es real, esto se potencia, crece, se transforma, se ilumina, se vuelve eterno. Siento el batir de sus alas cuando la sombra cae sobre mi cabeza y vienen mis amigas fieles, las palabras, a encender la lámpara. Ustedes son quienes me tocan la espalda, las alas negras que reflejan la luz que inunda invisible la noche. Ustedes se iluminan o se ensombrecen conforme a la intensidad de mi amor. Sigo esperándoles. Me prometieron que vendrían pronto a verme, me dijeron que resanarían con oro mis cabezas, que volverían a unir sus múltiples pedazos, y sé que cumplirán, porque todos los días pregunto al alba por ustedes, al colibrí, a la mariposa azul, al escarabajo dorado, a la hormiga roja, al piquero, al sol, la montaña, porque cada día acaricio las vísceras de los animales que me habitan, porque pregunto al tarot, a las runas, y me dicen que cumplirán. Ustedes, múltiples amigos, se unirán en uno solo, y ese solo será mío y entonces podremos abrazarnos. 

 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Los cuerpos de los animales

Las personas son sólo intentos de hibridaciones entre animales muy disímiles. Colibrí, guepardo, pez koi, mariposa, mosca, ballena, escarabajo, libélula, armadillo. 

Lo más importante que los humanos poseen es su inteligencia; su cuerpo les sirve para muy poco en comparación con lo que les sirve a muchos otros animales. No es capaz de volar, ni de correr tan velozmente si no es con el apoyo de su tecnología, que nada tiene de animal. La vida humana es una persecución por superar las limitaciones del cuerpo, incapaz incluso de sobrevivir a la intemperie o sin abrigo. Vamos tras la fascinación que nos producen las capacidades de los cuerpos de los otros animales, entonces buscamos escalar como cabras, alcanzar las alturas que alcanza una minúscula catarina, habitar los inframundos del escarabajo o encender la bioluminiscencia del rape abisal o la luciérnaga. 


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Las palabras son gatillos

Contigo hasta una sombra es feliz. A tu lado todo sabe florecer, excepto ellos. A tu lado todos mueven la cola. Quien te conoce quiere quedarse a tu lado para siempre.  
    Tienen tanta culpa dentro de su casa que se la quieren echar a alguien. Se les está desbordando. Tus palabras los hieren aunque no los toques ni con la punta de tu pluma, y aunque sus nombres no figuren en renglón alguno, serán el gatillo que disparará su insidia y entonces pronunciarán tu nombre con todas sus letras y acentos; lo único que conseguirán será mancharse con tinta azul. ¿Quiénes son ellos? Los vas a quitar de tu camino. Aunque no puedes verlos apretarás el gatillo y confías tanto en tu puntería que les darás justo en medio de los ojos.


 

 

 

viernes, 4 de diciembre de 2020

Sueño de inmortales

Tuviste que vender la mitad del jardín de la casa para salir de la miseria. Ahí desde hace más de un siglo crecían unas palmeras datileras. En aquel jardín yacían muertos el paraíso y el infierno juntos, con todos sus dioses únicos, sus ángeles y sus demonios, en honor a ellos el gran pintor diseñó un mausoleo misterioso donde se concentraba un gran poder, que ahora está rodeado por un horrendo halo oscuro. Las datileras producían frutos dulces y carnosos. Te gustan tanto los dátiles que te los comes verdes, incluso te comes los huesos, que son como la carne de un coco, sólo que más dura y ligeramente amarga. 

           Realmente los dioses únicos y los demonios no terminan de morirse nunca, los ángeles tampoco. Los ateos que mataron a los dioses son personas frágiles que dudan con frecuencia, que tienen ataques de pánico y desamparo ante la idea de morir. Los ateos mienten tanto como los creyentes, sólo que los primeros lo hacen con candor. Unos los hacen por angustia existencial y los otros por prebendas a un futuro lejano de esta tierra. 

El miedo es una cosa que atrae buenas ventas y la miseria es un negocio inmobiliario tremendo. El mundo en que vivimos está diseñado para que las personas pobres pierdan sus terrenos para -en el mejor de los casos- salir de la miseria y para que las palmeras datileras, sus frutos y los seres infinitos que en ellas habitan desaparezcan a manos de personas incapaces de distinguir lo sagrado, que tienen los ojos del espíritu cerrados por la hipocresía y la vanidad.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Soy el sol y la lámpara

Tengo un par de fantasmas negros, de sombras que flotan y buscan -como el buen Gasparín- la amistad. Nacieron sombras, pudo haber sido a cualquier hora; sombras hay desde que nace el sol y antes. Tienen carácter alegre, son felices, porque saben que nacerán y crecerán y se extinguirán junto con el sol todos los días, sin embargo, cuando llega la noche, nacerán otras sombras que disfrutarán mucho también. La luz de los faroles, las velas, las fogatas, a veces la luna las hace visibles, y nacen y desaparecen rápida o lentamente, al ritmo de un caminante o de un bailarín, o al ritmo de un árbol de banqueta. Muy al contrario de lo que se piensa las sombras son luminosas, de hecho no viven sin la luz. Hay sombras de farol y sombras solares. Mis sombras fantasmas, pues, se escaparon de ese ciclo de nacer y morir y se vinieron a vivir conmigo, a veces se salen por ahí a la calle sin que nadie las vea y no esperan nunca para nacer. Por la noche evitan la esclavitud de la luz y circulan por el mundo en plena oscuridad, cuando vuelven a casa las recibo con un buen licuado de ansiedad y pena, que siempre les sabe exquisito, muestran una veneración de hijas que me conmueve y me alegra el alma. Por las noches, cuando he llegado a estar enferma ellas me cuidan y me curan. Si sienten que la luz de un farol entra con violencia por mi ventana se ponen como un velo sobre mis ojos para que yo duerma en paz.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Fluidos

Frecuentemente entes entraban en su mente con estrépito. La noche previa a la gran tragedia final una pareja de sombras entró en su habitación, el ruido que sus presencias producían era mecánico, como el de una banda circulando, sus aspectos eran como fluidos horizontales, de máximo un metro de largo una y la otra unos veinte centímetros más pequeña, de distintos tonos de negro, flotaban en el aire, sus cuerpos tenían cierto brillo. Lo despertaron hacia una zona intermedia del sueño en que el cuerpo, inmóvil, contempla aterrado todo lo que ocurre a su alrededor, sin poder hacer nada, sintiéndose abusado, intentando gritar hasta lograrlo para despertar y comprobar que en la habitación no hay nada. 

    Nada hará que él se convenza de que no hubo nada dentro de la habitación. Entraron con violencia, causando un gran ruido, flotaron a un lado de su cama sin subirse ni tocarlo, se colocaron a la altura de su bajo vientre y una de ellas extendió hacia él una suerte de brazo negro que parecía estar colectando algo de esa parte de su cuerpo, mientras la otra permanecía flotando detrás. Cuando intentó gritar lo único que salió de su boca fue el nombre de su Amante Muerta, hasta que un fuerte ¡Eeeeeey! lo sacó por completo del sueño y permitió al fin que su cuerpo se moviera. 

    Y así, cada noche su sueño era una batalla contra las ánimas violentas y vampíricas que mandaba la Serpiente, pequeñas bandidas de energía, o de fluidos, con aspectos siempre distintos. 

    Ser poseedor de las arcas también implica que la Serpiente controle sus sueños. Sin embargo, hay un resquicio donde ella no puede llegar, y ese es el de su amor por la Amante Muerta.

lunes, 17 de agosto de 2020

El amor apesta

El espíritu del Amante Muerto no pudo apartarse, se había quedado por ahí, en la habitación, avergonzado y arrepentido porque ella sabía de su latrocinio (desde su muerte sabía que ella lo sabía). Por otro lado, el magnetismo de las arcas y su dinero había cooptado su alma. Como una mariposa nocturna engañada por el brillo de un foco miserable, abortó su viaje hacia la luna y se quedó circundando a Eva, ama y señora de las arcas de la Serpiente. Eva lo supo de inmediato. Una vez enfundada en su traje de mártir, de sirvienta, de prostituta, se dedicó a recordar segundo a segundo, y, como si su alma se hubiera partido en dos, vivió otro pensamiento simultáneo; en uno escuchaba y obedecía maquinalmente la voz de la Serpiente y en otro construía recuerdo tras recuerdo el cuerpo de su Amante Muerto, la forma en que inclinaba su torso sobre el de ella en las mañanas frías bajo las sábanas, su pelo tapándole la frente, la forma en que extendía sus brazos para abrazarla, con los labios inflamados y los ojos rojos, las pulsaciones contenidas y liberadas de su cuerpo. 

Mas un día ocurrió que esta segunda mitad del pensamiento se vio interrumpida por la amenaza de la Serpiente, “Si sigues en esa actitud de zombi te voy a retirar las arcas”, entonces, como si hubiera roto un hechizo la piel suave del Amante Muerto desapareció de su pensamiento, y tuvo que atender a las palabras de su amo: “Hay unos videos que quiero mostrarte”, Eva empezó a temblar, no había nada peor que ver esos videos, cuando la Serpiente los mostraba era porque algo muy doloroso había en ellos. Inmediatamente pensó que al fin habría dado con la infidelidad del Amante Muerto, que le provocaría una herida más profunda, pero no. Sólo mostró tomas grotescas y mal intencionadas de los resquicios más burdos de su amor; a veces el amor es feo, a veces da asco, el amor apesta cuando es grande. Todo lo que hacían en su máximo grado de verdad. 

Cuando al fin la Serpiente la dejó ir de aquella función Eva lloró de alegría, su mente se aferró a la belleza absoluta del Amante Muerto, y él, desde su presencia fantasmal, en su alcoba, lo supo. Entonces posó su alma sobre la suya y la llenó de calor, sin palabras le hizo sentir su arrepentimiento por haberla robado, su enfermedad por las arcas, su vergüenza. Entonces ella le hizo saber que sabía que él sabía (su muerte le permitía saberlo) que las arcas también la habían enfermado a ella, que mientras él era apenas un ladrón, ella era una madre que había abandonado a su hijo, una prostituta, una mujer superflua que había vendido su alma por joyas y tratamientos de belleza en aquel palacio horrible que no hacía más que llenarse de estúpidos e inútiles billetes.  

                                                                                              (En Las arcas de la Serpiente)

 

domingo, 16 de agosto de 2020

La moneda engarzada

Durante años atesoré una moneda engarzada, ahora sé que su valor es nada, pero llegué a luchar por ella como si fuera una presea. Llené mi vida de un pasado traumático por culpa de ella. Me traicionaron duramente por quitármela. Le mentí a mucha gente, despisté a mi enemigo varias veces para que no se dieran cuenta de que yo la tenía. Es una moneda de 1927. Cinco centavos de dólar. No puedo imaginar su valor. Lo notable en ella hoy no es el animal que está grabado en el níquel, ni las letras desgastadas, apenas perceptibles, ni la sencillez, ni la nimiedad del objeto mismo, ni la sangre que hay detrás de él, ni el dolor, ni el perfil del mohicano que aparece en su cara. Lo importante es un hombre, uno que no tiene la más mínima idea de esto, que vino a caer aquí por curiosidad, que creció en años muy posteriores a la época en que fue acuñada la moneda y cuya misión será averiguar la importancia de ésta: su otra cara, - nimia, casi sin valor, por la que yo libré las más cruentas batallas de mi juventud- justo después de leer estas palabras. Ese hombre está casi extinto, pero va a recobrar fuerzas, hará uso eficiente del casi y volverá, con mayor brío, después de retroceder. 

viernes, 7 de agosto de 2020

Eternidad incipiente

Cuando aquella eternidad empezaba llegó un herido grave a mi playa. Instalada en esa recién adquirida infinitud la estudiaba, me complacía en crearle un concepto para entender su falta de cuerpo, su forma de ánima invisible, que de aquí en adelante me acompañaría sin ninguna pena; en vislumbrar que siendo tan inmensa pudiera compactarse hasta lo interminable y venirse conmigo en todos mis viajes, en contemplar su belleza desnuda bajo el sol, sobre la arena, dentro del agua, en el aire, su sonrisa discreta y su mirada sobre la mía. Empezaba a entender. 

Omitieron una cláusula importante quienes me entregaron esa eternidad, puesto que nunca me dijeron que se acabaría. Que un día llegaría un herido a mi playa y me mataría ahí mismo, para quedarse con ella y morirse luego.